Ir al contenido principal

Expo Lester Rodríguez


Imágenes inconclusas y el Arte Hondureño

Imágenes inconclusas, la muestra individual del artista hondureño Lester Rodríguez, fue una actividad con notables puntos a favor. 

Lo primero que se destaca es algo relacionado con problemáticas propias de los países centroamericanos, pero que ha generado poco avance en el medio cultural hondureño; esto es, la oportunidad para las exposiciones individuales. 



Imágenes Inconclusas forma parte de una nueva dinámica que aperturó para Honduras Mujeres en la Artes, ofreciendo logística apropiada a los creadores actuales del país. 



En ese sentido, Imágenes Inconclusas está inaugurando esta competitividad entre los artistas por lanzarse a un universo creativo de modo particular. Es preciso aclarar: el medio cultural del país no ha permitido esta visualización de procesos. La carencia de espacios (legitimados e independientes) y la nulidad en cuanto al financiamiento de iniciativas relacionadas provocó en su momento la necesidad de los talleres o grupos artísticos. Artería, Cuartería, El Círculo, Lacrimógena y otras asociaciones espontáneas de jóvenes creadores son ejemplos de la defensa colectiva a que se forzó la vida de las artes visuales hondureñas de los últimos años. 

Lo interesante en la presencia de Imágenes Inconclusas y en la cantidad de exposiciones individuales que están programadas es que surgen de nuevas espectativas que produjo la I Bienal Hondureña de Artes Visuales en el 2006. La exigencia en las bases de tener en la hoja de vida exposiciones individuales ejerció presión tanto a los artistas como a los mismos co-productores de la Bienal. Mujeres en las Artes, como contraparte de este evento, está en la obligación de promover un ambiente donde sea posible cumplir con esos requisitos. Vemos que esto es así satisfactoriamente. 



Imágenes Inconclusas/ El proyecto desaparecido 
Esta exposición de Rodríguez es el resultado de una investigación realizada en los últimos dos años y que ha tenido diferentes etapas en su realización. Se debe señalar la importancia que tiene la muestra para la sociedad hondureña, y por consecuencias que emanan de su naturaleza conceptual, también para las sociedades aledañas. 

El Proyecto Lacrimógena de artes visuales (Lester Rodríguez-Allan Núñez-Darwin Andino, Honduras) inició esta investigación sobre la década de los ochentas, la llamada "década perdida". Después de publicar boletines y realizar actividades y obras dispersas es Lester quien junta su trabajo y se hace acompañar para el diseño curatorial del Crítico de arte y curador hondureño Carlos Alberto Lanza. 

La "Década Perdida" es un momento de la historia hondureña que coincide con la efervecencia centroaméricana a nivel político y cultural. Aunque en Honduras no existió una revolución, sí existieron revolucionarios o partidarios del cambio social. A estas personas se les llama en la actualidad "Desaparecidos", y es ahora cuando aparecen, en la forma de recuerdo digital en las piezas de Rodríguez y en la manifestación social que las mismas obras produce. 

Se realizó un conversatorio sobre el proceso creativo y otro donde se invitó a familiares de los Desaparecidos políticos, en este útimo fue evidente el abandono social de las problemáticas históricas que se expresa en el silencio del estado, la impunidad militar y la indiferencia civil. La temática es una explosión en la cara de quienes jugaron a cambiar el país y ahora están ocultando los hechos recientes desde la comodidad de no haber sido también desaparecidos o descuartizados en la oscuridad de la historia. 

Lester enfatiza los signos de esta sociedad, profundiza en el temor de que vengan como fantasmas los que no pudieron llegar a sus casas en los ochentas. La historia para estas obras es multilateral: es memoria; es indignación; es algo oculto; es algo que reaparece; en fin, la historia para esta obras sugiere una ampliación de la esfera de lo pensado para el arte local; es decir, ¿Qué es lo importante para decir en el arte? o ¿Qué impide darle a la creación un nexo sólido e inteligente con la vida?, ¿Acaso la vida está apartada de la historia? 
Quienes abandonan la historia son, generalmente, quienes se han estancado en una temporalidad que no les pertenece. Imágenes Inconclusas presenta una serie de obras amplias en su temporalidad (siendo a su vez historia y realidad actualizada), no resuelve lo que debe resolver la sociedad, únicamente nos habla desde lo que se viene evitando en las calles, en el moll, en la infraestructura superficial de la vida. 

Esto me recuerda las intenciones que movieron en principio Proyecto Lacrimógena y la temática de la "Década perdida": existió otro proyecto en los noventas, de los artistas Santos Quioto y Bayardo Blandino, acerca de nuestras fracturas históricas, algo desde el centro de américa. 

Hay muchos eventos del pasado que poco se entienden y que no han tenido una mirada estética apropiada. La supuesta guerra del 69, la huelga del 54, la reforma liberal, etc. así como temas de orden común como la historia conflictiva de Independencia centroamericana. No significa que sean temas indispensables y menos que se deba volcar la producción artística a la historia. El asunto es que en una sociedad diversa estos temas surgen por si mismos, junto a todo lo demás que hay por decir en el arte. 



Managua, Nicaragua, 29 de Julio del 2007

Darwin René Andino Soto


Entradas populares de este blog

Letrina

LETRINA La idea de una letrina ha logrado conmoverme. Reconozco que estando en la angustiosa porcelana se enciman los más literarios pensamientos. La visión más clara del asunto en cuestión la guardo de algún libro de Henry Miller, donde puede uno descubrirse bañado en heces de rutina, de soledad, de destierro: en fin, siempre culminando las frases desde una silla fecal incandescente, como debe ser. Vine aquí para contar una historia y resulta que ya hay dos, mezcladas como gas licuado, como fango. La primera estampa destruye el paisaje en su totalidad. Es el recorrido de un inmigrante hondureño que va dejando marcas de estiércol a su paso por Ciudad de México. ¡Vaya!, me acerqué tanto para seguir esa ruta que llegué de inmigrante hasta allá. Esta es la segunda historia. Ahora que estamos solos, ¡lector, qué cagadal!, voy a olvidar lo que vine a decir y me entrego por completo a la presente situación. Adentro de una letrina es fácil olvidar que existen arenas escurridizas afuera. ¿

Bienal Centroamericana 2010 Para que no se siga diciendo que no se dijo nada

       Bienal Centroamericana 2010 Para que no se siga diciendo que no se dijo nada Darwin Andino * Centroamérica es una región destinada a ver los barcos y desear subirse a los barcos. El deseo, (como un acertijo sin más raíces que la nostalgia y la muerte precolombina), es un deseo que no sabe alimentarse, porque ya no se viaja en barco a Europa, solo viajan los furgones en levitación, como puente de acero en constante movimiento. Entre el barco y el puente -dos instituciones caídas en desgracia de modernidad- el arte ha llegado a las costas centroamericanas, generalmente cada dos años, como aquellos ciclos portuarios que hicieron grandes las ciudades latinoamericanas, antes de Nixon y antes de la muerte prematura del Siglo XX. El arte que llega cruzando los mares no tiene más prestigio que una oleada de inmigrantes tardíos, rubios, mercantes, los que llegaron a pueblos miserables de América huyendo de las guerras. Los curadores bien lo saben: el arte olvidó la máquina a va